Bestiaire (Denis Côté, 2012)

A Denis Côté lo conocí por su cinta Curling(2010) fue suficiente  para cautivarme con su cine, su manera de ver la vida, observado y retratando de manera natural los comportamientos humanos. Habitual con una cámara estática, lista para captar emociones y armar una pieza dispuesta a provocar. Bestiaire  fue presentada en el Festival de Sundance y seguidamente en la Sección Forum de la Berlinale 2012. 
En esta oportunidad el cineasta canadiense ha realizado un documental en que explora la naturaleza. El director ha elegido tres escenarios en el que los seres humanos y animales se encuentran en un punto en común. Un curso de dibujo, el Parque Safari de Quebec y un taller de taxidermia. Côté  utiliza un  lenguaje único, sin recurrir a rótulos que describan lo que estamos viendo y completamente ausente de diálogos, pero con una estructura cautivadora. 

Más allá de lo visual, se juega con la percepción que reflejan las  estructuras que desafían  desigualdades. Bestiaire  es una Le Quattro Volte (2010) canadiense, ambas exponen su interés por la naturaleza. Pero a diferencia de la cinta italiana la propuesta canadiense se torna más melancólica e introduce un elemento “artificial” que provoca remontarnos a  miles de años atrás pero  más importante aún, enfocar al hombre en un panorama actual. Al final ambas coinciden en narrar un ciclo casi poético.
En cualquiera de los escenarios surgirán preguntas y  reflexiones, pero en su mayoría todas apuntan al curso de la civilización misma, al dominio de algunos seres sobre otros. Como pasar de ser espíritus libres a criaturas educadas, de lucir eternamente joven, de vivir eternamente sin pedirlo, de lucir bien aunque se esté muerto. Los leones africanos viven un duro invierno canadiense, lucen nerviosos pero cómodos, adaptados a un ambiente distinto al de sus ancestros. Côté invita a reflexionar sobre el control y el poder. 
Bestiarie es una cinta llena de ruidos, hecha para meditar sobre la naturaleza y la civilización.  Un documental sin diálogos o como retratar las piernas nerviosas de las cebras, las hienas en sus jaulas, las pezuñas del rinoceronte, de manera poética.  Denis Côté  es capaz de filmar una silla por 30 minutos y hacerlo con belleza.

Calificación: 7/10 

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