Izmena/Betrayal (Kirill Serebrennikov, 2012)

El director ruso Kirill Serebrennikov comenzó su carrera exitosamente en la televisión, dirigiendo videos musicales y anuncios publicitarios.  Su primer largometraje Playing the Victim(2006) ganó el premio a Mejor película en el Festival de Roma. En 2008 su cinta Yuri's Day se llevó el Premio del Jurado y del Jurado Joven en el Festival de Locarno. Con su tercer largometraje viaja a tierras italianas para presentar su cinta Betrayal en el Festival de Venecia 2012, compitiendo por el León de Oro.  Fría, intrigante  y descarada cinta del director ruso, cuyo guión corre a cargo del mismo realizador. Nos sumerge en un juego peligroso, donde las emociones humanas son las que conducen a  lo profundo de nuestros deseos. 
La cinta narra la historia de un hombre y una mujer, dos conocidos casuales, se enteran de que sus respectivos cónyuges están teniendo una aventura. El descubrimiento desencadena una oleada de pensamientos y deseos ocultos.  El director comienza narrando con maestría el diario tormentoso de dos personas cuyo sentimiento de desconfianza no solo se respira en la cinta. Una total sensación de duda es la que provoca la división espacios y personajes que a primera instancia se ven a lo lejos, sin ser partícipes, pero que a medida avanza el metraje los roles y papeles son intercambiados para generar confusión y dudar de todo lo que se ve. El director ha eliminado los nombres de los personajes y cualquier adorno externo, se ha centrado únicamente en retratar sus vidas. 

Los cómplices de la demencial cinta son los actores Franziska Petri y Dejan Lilic que realizan excelentes actuaciones. Eso sí, las miradas y gran parte del peso de la cinta recae sobre Petri, que  realiza  una soberbia actuación, capaz de desviar emociones. Una mención especial también para la actriz Guna Zarina que con una corta participación encarna a un agente policial, un personaje duro, tosco y convincente.  
La cinta es dinámica y provocadora manejando de manera discreta el erotismo. Vergüenza, dolor y compasión es acompañado de un mundo que lentamente se destruye solo con describir, sin necesidad de ver, la cinta le apuesta a la imaginación. La frías tierras rusas son retratadas elegantemente por  Oleg Lukichev, responsable de  la fotografía. El director introduce poco a poco un ambiente misterioso y oscuro, donde puede exponer la psicología de los personajes haciendo unas transiciones impecables e intensas acompañadas de situaciones casi sobrenaturales. 
Los personajes son manipulados como piezas de ajedrez, dispuestas en callejones sin salida o con oportunidades de hacer una jugada. Si favorece o no, es lo que menos interesa a Serebrennikov, la tarea es para los espectadores. Palpitante y original comienzo que se prolonga hasta la primera hora, después de eso el relato comienza a perder intensidad. Culpa, arrepentimiento, pasillos estrechos, colores rojizos y pasos ruidosos acompañados de un tratamiento enfermizo y puramente psicológico a lo Ingmar Bergman. Es la interesante propuesta de este realizador ruso del cual hay que estar pendientes. 

Calificación: 6.5/10 

0 comentarios:

Publicar un comentario