Formado en Estados Unidos, el cineasta de origen español Antonio Méndez Esparza dirige en tierras mexicanas su ópera prima AQUÍ Y ALLÁ, una coproducción entre México, España y Estados Unidos. La cinta ganó el Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes 2012.
El cine latinoamericano busca retratar en sus cintas, la realidad que viven sus pueblos. El realizador madrileño Antonio Méndez se ha internado en un pueblo en el estado de Guerrero, uno de los sectores más pobres de México. La situación de los pobladores puede extenderse a otros países centroamericanos que a falta de empleo que genere ingresos, tienen que buscar un camino nada fácil pero que se vuelve la única salida, es el norte, especie de tierra prometida por la cual se debe dejar todo, incluyendo los seres queridos.
La historia sigue a un hombre que regresa a su pueblo, en La Montaña en el estado de Guerrero, México. Después de trabajar en Estados Unidos vuelve con su familia, su esposa lo espera con una sonrisa, sus hijas han crecido y juntos tratarán de perseguir sus sueños en su tierra natal.
AQUÍ Y ALLÁ es una historia sobre la esperanza que guardan las personas soñadoras. Una historia sobre la migración y el proceso de readaptación familiar después de una larga ausencia. Este último apartado es bien retratado y aunque no se necesitan muchos estudios para deducir el comportamiento de las personas, la proyección es creíble. Una estética – a veces pesada- que juega con el documental en la que abundan los planos fijos, no hacen falta decorados pues se captura fielmente la cultura rural.
Entre situaciones cotidianas los actores no profesionales se interpretan a ellos mismos. La carencia de profesionales se hace sentir y aunque las actuaciones de los protagonistas infantiles están bien, en general el apartado actoral se vuelve poco creíble. Personajes que parecen salir para no conectarse con la audiencia. Todo lo contrario sucede con las historias secundarias, que guardan un encanto simplista creado por sus personajes, pero que a la vez se vuelve un arma de doble filo al expandir el tema principal como un virus que acaba por ahogar las buenas intenciones.
La realidad está allí, pero no se transmite tan bien como lo que se deduce y en ese punto la cinta falla. Faltó algo de emoción, todo es muy plano, cerrado y no tenemos oportunidad de entrar y ser partícipes. La representación de un ciclo (El regreso, Aquí, El Horizonte, Allá) se vuelve una herramienta casi inútil que no aporta mucho. Eso sí, AQUÍ Y ALLÁ destaca sobre otras cintas que retratan la migración latina por ser atrevida y no recurrir a los típicos efectos violencia/muerte para despertar emoción. Al contrario y sin ser tan pretenciosa relata lo que realmente viven miles de campesinos que buscan su aquí más allá de la frontera.
Calificación: 5/10
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