Sueño y Silencio (España, 2012) Dirigida por Jaime Rosales


En muchas producciones  se puede sentir un aire de “compromiso” personal por parte del realizador, que pasados unos minutos nos muestra un mucho nada fácil, con una narración que busca encontrar a los elegidos que se atrevan a degustar de su producto. Es mi primer encuentro con el realizador Jaime Rosales, un habitual en Cannes, este año participó en la Quincena de los Realizadores. Sueño y Silencio cuenta la historia de un arquitecto y una profesora, Oriol y Yolanda viven en París con sus dos hijas. Durante unas vacaciones en el Delta del Ebro, un accidente transforma sus vidas.

El director ha segmentado muy bien a sus espectadores, se puede notar en todo el filme que se trata de un proyecto muy personal en que trata con un público que sabe lo quiere ver, y se despoja totalmente de referencias y/o explicaciones  innecesarias. Es un filme para disfrutar su visionado y para reflexionar  tras finalizar. La cinta ha sido rodada casi completamente en blanco y negro para retratar de manera profunda a una familia que ha sido golpeada por una tragedia. En ese sentido el filme logra que nos conectemos con los personajes y que muchas veces sintamos lo que su exhaustivo estudio pretende. Los planos fijos con actores fuera de cámara son nuestro instrumento para verlos de manera microscópica logrando una construcción narrativa destacable. Abundan los espacios abiertos y mucha luz.
Se ha retratado la cotidianidad de una familia, y en ese sentido la cinta se vuelve muy minimalista acompañada de una especial aura de misticismo y misterio que la rodea. No se vacila en dejarnos a la imaginación muchas cosas que finalmente acabarán por causarnos diferentes opiniones. El realizador se toma muy enserio la esencia de los personajes y los ha rodeado de arte en todas sus expresiones, es visible notar la pasión que le imprime y ha elegido al artista Miquel Barceló para que abra y cierre un ciclo que muestra el desmoronamiento psicológico y anímico de un hogar, con heridas más profundas en algunos. 

Todos son actores no profesionales que han tenido que improvisar y sentir lo que sus personajes deben sentir, pero más importante aún, transmitirlo a los espectadores y lo han logrado. Las actuaciones son realmente destacables, con un realismo y fuerza que nos atrapa sin soltarnos un instante. El silencio trae a muchos la calma aunque sea para otros una barrera que se encarga de cegarlo todo. Sueño y silencio aborda un tema muy sensible y difícil a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido, con un gran resultado. 

Calificación: 7/10

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