"Quien haya recurrido a un veneno para pensar, muy pronto no podrá pensar sin veneno" - Charles Baudelaire
Paraísos Artificiales es el segundo proyecto de la realizadora mexicana Yulene Olaizola, ella misma y con un presupuesto de 46,180 $ es la productora y guionista de la película La directora presenta su primera cinta de ficción tras su documental “Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo”(2009), con el que cosechó numerosos premios. Paraísos Artificiales fue estrenada mundialmente en el Festival de Rotterdam 2011, en el mismo año se alzó con el premio a Mejor Fotografía en el Festival de Tribeca.
El nombre de la cinta es un homenaje a "Los paraísos artificiales" una antología del poeta francés Charles Baudelaire. Donde el autor relata sus experiencias con el hachís, el vino y el opio. A pesar que el término es utilizado para señalar toda droga que es utilizada con el fin de estimular la creatividad, también es un medio de evasión del mundo. Y en este último punto se apoya la cinta de Olaizola, las experiencias que pronto se vuelven necesidades que acaban por sumergir a los que se atreven a juguetear mortalmente con ellas.
La cinta narra la historia de Luisa, una mujer de 25 años adicta a la chiva (heroína) viaja a una playa en la costa de Veracruz, con la idea de dejar de consumir la droga una vez que llegue allí. Eventualmente, Luisa se va relacionando con la gente del lugar, en particular con Salomón, un campesino de 65 años en quien ella cree encontrar al cómplice que necesita. Paraísos Artificiales ha utilizado como papel base, la linda playa de Jicacal en Veracruz(México) para dibujar sobre ella, una historia de adicciones y convivencia de dos espíritus afines, uno de ellos busca incansablemente un lugar donde pueda volar sin ver atrás, donde su alrededor sea cómplice de su escape hacia la nada, su paraíso. El otro parece tener definida su ruta a seguir.
En la película predominan los frescos paisajes, con personajes comunes que cuentan sus historias. Luisa es la única actriz profesional en el filme. Los protagonistas usan sus nombres reales, el personaje de Salomón relata sus propias vivencias, lo que realmente hace diariamente, con un resultado destacable, una audaz muestra del potencial de la directora, que con una sencilla historia ha construido un estudio psicológico entre los deseos y los pecados artificiales de una mujer con empeño de dejarse arrastrar por otra corriente, una que le ayude a salirse de la actual. Las miradas son el medio para visualizar la vida de Luisa, sin caer en los juicios moralistas.
Se puede sentir la brisa un sentimiento de soledad, misma que inunda cada plano en el que reluce la necesidad humana de relacionarse, de encontrar las cosas buenas en las pequeñas acciones. Paraísos Artificiales sigue la misma línea de la cinta colombiana El vuelco del cangrejo(2009), o la mexicana Alamar(2009), que con escasos diálogos navegan entre el documental y la ficción para contarnos una historia sobre los espíritus libres, sobre los humanos. El filme nos presenta un final que da pie a plantearnos muchas preguntas con un sentir honesto por la empatía que generan sus personajes. Cinta recomendada.
Calificación: 7/10
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