Este es mi primer encuentro con el cine salvadoreño, se trata del segundo filme de Victor Ruano, la idea se desarrolló en
conjunto con Rossemberg Rivas y Sarah Walko. Su primer trabajo “Ever
Amado” fue proyectado en varios
festivales incluyendo el Talent Campus del Festival de cine de Berlín 2007, trascendiendo
internacionalmente.
El Cadáver Exquisito utiliza una técnica con una particular
estructura heredada del surrealismo que se ejecuta de manera colectiva. El
experimento es realizado por partes que parecen inconexas pero que luego van dirigidas a un mismo punto que sirve
para dibujar la cotidianidad de la sociedad
salvadoreña, pasando por temas profundos y filmando otros
recursos tan simples como la exploración de un bosque. Los realizadores toman una cámara y han retratado la vida, sin trucos. En ese punto la cinta combina ficción y documental de manera acertada.
Entre volcanes, ríos y la vegetación, se esconden
historias desgarradoras de la guerra, escuadrones de la muerte y pobreza, haciendo un
recorrido histórico por la etapa de la guerra civil salvadoreña.
La cámara nos lleva por
frondosos bosques escuchando el canto de los pájaros para luego volar a una típica vivienda centroamericana donde el
fervor religioso elabora un estudio moralista de una sociedad tercermundista. “Tres cifras no bastan si quieres llegar al
cielo” dice un pastor que con un largo discurso teológico le pone precio al
cielo. Sesiones de
pornografía, historias de prostitutas y transexuales, tradiciones ancestrales, migración, discriminación, violencia e impunidad, todo esto a medida que la música se vuelve dramática y provoca
tensión para luego embriagarnos con personajes folclóricos de este país. Artesanos que confeccionan con hilos mantas con vivos colores, tan variados como la población misma. La vida es un circo y muchos de los personajes
filmados encuentran en él un hogar más.
Víctor Ruano realiza una autopsia de
El Salvador, con la clara intención de provocarnos y crea un tapiz de historias que al final forman una
sola mezcla de estilos con historias cotidianas. El Cadáver Exquisito se queda como un
experimento atractivo, que pudo ser mejor.
Música misteriosa, fuego, rostros,
calles, árboles y miradas, risas, labios, ojos,
luces, vida y muerte. De esta manera despedazamos y volvemos a coser un cadáver,
una sociedad.
5/10
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