Atmen/Breathing (Austria, 2011) Dirigida por Karl Markovics



Palmarés
Premios del Cine Europeo 2011: Nominada al Premio Discovery (Mejor ópera prima)
Premios de la Academia de Cine de Austria 2011: Mejor película, director, actor, guion, música, edición. 

Para algunas personas, ciertas situaciones que marcan sus vidas no son más que imposiciones, cargadas de impotencia sin oportunidad de elegir el o los caminos a tomar, llevándonos muchas veces a realizar acciones que nos marcarán de por vida. De eso y mucho mas se trata en Atmenel primer largometraje de Karl Markovics (Los falsificadores, 2007) que deja a un lado la actuación para tomar las riendas como director. La ópera prima del austríaco convenció al jurado de la Quincena de los Realizadores, del Festival de Cannes 2011, alzándose con el Premio Label Europa Cinema. La historia sigue a Roman Kogler, un joven recluso de un centro de detención juvenil,  por un homicidio que cometió en un orfanato. Mientras espera el juicio que podría dejarlo en libertad encuentra pistas de su madre, quien lo abandonó desde su nacimiento.

Con sus escasos 90 minutos, Karl Markovics nos plantea un drama cargado de sensibilidad centrado en  la figura de un menor en rehabilitación con un pasado familiar de ausentismo, poniendo en contexto el encarcelamiento juvenil con un ambiente melancólico y cargado de sobriedad. Un mundo que parece conspirar en contra suya, una persona que sobrelleva el peso de la justicia, una conmovedora historia de resistencia y superación.

Mas inquietante la confrontación creada cuando el joven comienza a trabajar en una funeraria, enfrentándolo de manera directa con sus acciones, logrando un contraste simbólico entre la existencia y el deceso, en una danza que nos lleva por un camino de soledad que acaba por ahogarnos. La muerte nos rodea a diario y nos acerca a un trabajo que no es visiblemente apreciado por la población, la preparación de cadáveres y su ritual, algo similar a lo visto en Okuribito(2008, Yojiro Takita). Se utilizan diferentes circunstancias que recrean el sentimiento de la  liberad, pero siempre acompañadas de señalamientos de una sociedad que juzga directamente,  representaciones tan simples como un pájaro encerrado en un cuarto, atrapado y buscando una salida a su ambiente natural.
A destacar la excelente actuación del Thomas Schubert, que encarna a Roman, una persona solitaria sin ánimos de entablar comunicación verbal con nadie, pero sus miradas dicen todo,  hace que respiremos lento hasta asfixiarnos y de golpe tras golpe tratar de llenarnos de esperanzas y buscar respuestas, muchas de ella cargadas de dolor. En Atmen, he sentido un aire parecido a la sueca Sebbe(Babak Najafi, 2010), un poco de desesperanza y abandono pero con grandes deseos de ver una luz en el túnel. Un tema difícil desarrollado de manera sencilla pero convincente, todo sea para respirar libremente.

Calificación:  7/10

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