Säilöttyjä Unelmia/ Canned Dreams (Finlandia, 2012) Dirigida por Katja Gauriloff


Canned Dreams es la segunda película de Katja Gauriloff, la cinta  fue uno de los bocados de la Sexta Edición de la curiosa sección Culinary Cinema de la Berlinale 2012,  un apartado que  rinde tributo a la gastronomía del mundo. Este año la muestra usó el lema “Trust in Taste”, en la que se presentaron 15 cintas (11 largos y 4 cortos). Por supuesto que después de deleitarse viendo cine, los presentes disfrutan de exquisitas cenas con diferentes sabores provenientes de todo el mundo. Sin duda, una sección muy apetitosa. 
Gauriloff utiliza una lata de raviolis como excusa para narrar las historias de las personas que hacen posible que dicho producto llegue a los supermercados. Viajamos por 30 000 kilómetros, a través de ocho países para recoger cada ingrediente necesario, para luego ensamblar todo en la planta. Un largo recorrido de una simple lata de comida que tras una bonita presentación, en su interior guarda más que sabores y texturas. Están mezcladas muchas historias, algunas nada optimistas, estos trabajadores cuentas sus anécdotas personales.

El documental se centra en la importancia del trabajo, seguramente muchas de estas manos serán explotadas pero a la realizadora le interesa más enfocarse en los sacrificios personales de cada empleado. El recorrido comienza en una mina de metal en Brasil. Un graffiti adorna una máquina excavadora con la inscripción: No se vive para trabajar, sino trabajar para vivir. El recorrido continúa por Dinamarca (cría de cerdos), Portugal (tomates), Polonia (carne de res), Francia (huevos), Ucrania (trigo), Italia (aceite de oliva), Rumanía, (carne de cerdo), Francia (la planta) y Finlandia (el destino). 
Es como si pusiéramos sobre papel un diagrama de procesos e incluyéramos los sueños, temores y fortalezas de los operarios, sería como descubrir que hay más allá de los tiempos muertos, de las operaciones y transportes. Un proceso industrial, una labor rutinaria de empaque que incluye no solo algo material, por el contrario va cargado de los momentos más importantes de los pilares de los procesos semiautomáticos.  Para mí ha sido un deleite  poder visualizar algunos procedimientos de la industria (aunque no completos), he dejado volar mi imaginación, pero no se crean, mi emoción puede ser por el campo en estudio (que es mi interés). Probablemente el documental les sacará algún bostezo, y aunque la propuesta es interesante,  no logró enmudecerme. 
Sus escasos 70 minutos son suficientes para que entendamos el mensaje, son miles de manos, con personas de todo el mundo, personas invisibles para todos. La próxima vez que tome una lata en el supermercado, recordaré que atrás de ella hay gente con serios problemas, pero que también hay trabajos que deben realizar. Tampoco es para que nos sintamos culpables pues todo trabajo dignifica, que todos tengamos historias diversas y que algunas no sean buenas es otra cosa.  Pero Säilöttyjä Unelmia  nos enseña que una simple lata va cargada de sueños. 

Calificación: 5/10 

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