Verse al espejo y ver atrás los años recorridos. Arrugas, son algunas de las señales físicas que indican que una cierta cantidad de tiempo ha pasado y seguirá pasando sin detenerse, sin esperar que decidamos que hacer mientras tanto. Muchas veces hace falta un impulso inicial, una motivación, esa chispa que encienda el deseo de encontrar una nueva vida, una búsqueda similar y cargada de inocencia es la que emprende Dennis, el personaje principal de Teddy Bear, el primer largometraje de Mads Matthiesen. El cineasta debutó con el cortometraje Dennis (que sirvió de base para el largo) presentado en Sundance 2008 y ganador de varios premios incluyendo el Premio a Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cortometrajes de Berlín (Interfilm). El joven director regresó al Festival de Sundance 2012 donde obtuvo el premio a Mejor Director (World Cinema - Drama).
La historia sigue a Dennis, un campeón de fisiculturismo de 38 años que aún vive con su madre, la soledad invade su vida, por lo que reúne la valentía de embarcarse en una búsqueda que lo llevará hasta Tailandia donde va a experimentar muchas cosas.
A pesar de poseer una impresionante fuerza física, Dennis es débil sentimentalmente, sus entrenamientos no incluyen cátedras de convivencia social, con una vida totalmente monótona donde lo “correcto” ha sido implantado por una figura cercana. Rituales que deberían ser personales, se hacen de manera conjunta, demostrando una completa dependencia y desconfianza de sí mismo.
La cinta logra que nos involucremos con los personajes, apartado en el que se logra crear un ambiente casi “real” acompañado por las buenas actuaciones. El fisiculturista Kim Kold con casi 20 años de trayectoria hizo su debut como actor en el corto Dennis(2008), y vuelve a figurar como principal en Teddy Bear, realizando una estupenda actuación, un personaje simpático marcado por la soledad y la esperanza. Destacar también a Elsebeth Steentoft (In a Better World/Hævnen, 2010) que encarna a una madre con mirada convincente, proyecta una mujer que seguramente tuvo un pasado irregular en el apartado sentimental. Me ha gustado su banda sonora compuesta por Sune Martin, nostálgica y bien sincronizada con cada plano.
Ritmo constante de principio a fin, exponiendo de una manera interesante algunos puntos, sin forzar las situaciones, debo confesar sus 90 minutos de duración no los he sentido. Mads Matthiesen aborda un tema familiar crucial e imposible de sustituir, Dennis encarna a un hombre que debe cortar las raíces superficiales, sin dañar las profundas, las más arraigadas, para volar lejos en busca de nuevos caminos. Una historia sobre los lazos familiares y el deseo de independencia. La cinta me parecido muy buena y la recomiendo. Aunque también debo confesar que el corto me dejó un milímetro más de buen sabor.
Calificación: 7/10
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