Krugovi/Circles (Srdan Golubovic, 2013)


“Cuando tiras una piedra al agua sucede algo, aparecen círculos, se extienden.”

El cine serbio se balancea entre historias trágicas como Beli, beli svet(2010), propuestas tan arriesgadas y controversiales como A Serbian Film(2010),  Klip(2012), The Life and Death of a Porno Gang(2009) o con temáticas sugerentes al racismo como Sisanje(2010). Después de mi escaso acercamiento con el cine serbio, toca reconocer que de la mezcla se obtiene un cine atrevido y digno de ver. 

El director Srdan Golubovic hizo su debut con la cinta Apsolutnih sto(2001) que lo llevaría a recorrer innumerables festivales cosechando buenas críticas y llamando la atención. El segundo largo  Klopka(2007) lo llevaría a la Berlinale donde ha regresado este año con la tercera de su filmografía que le valió el Premio del Jurado Ecuménico en la sección Forum, aunque su recorrido internacional se inició en Sundance donde ganó el Premio Especial del Jurado. La cinta toma un segmento oscuro de la región, y nos situamos específicamente en el año 1993, restos de la Yugoslavia socialista, un posible genocidio, odio y un conflicto que dejaría huellas profundas.  La historia toma como base la anécdota real del soldado serbio Srdjan Aleksic, quien salvó la vida de un civil  musulmán  agredido por un grupo de soldados serbios. El salvador tuvo que pagar con su vida, la cinta se enfoca en las consecuencias del acto 12 años después.  

Circles comienza con la escena de la que se nutre toda la historia, y con ello da inicio un juego muy ingenioso saltando en el tiempo para mostrar a los personajes de los cuales no sabemos nada, todo se deduce y en algunas ocasiones pueden hasta resultar predecibles no significando algo negativo, la narración es fluida y bien estructurada reflejando el buen trabajo de los guionistas, labor que ha corrido a cargo del mismo director y de Melina Pota Koljevic, con quien repite tras su trabajo en The Trap. En Circles hay que estar atentos a los pequeños detalles que pueden hacerla más disfrutable, todo está bien cuidado para envolver, las sorpresas no acaban.
 El único problema que veo en la cinta es que puede desesperar un poco por algunos segmentos de corte teatral y algunas reacciones que pueden tener salidas lógicas, aunque se haga lo contrario y puede invadir el sentimiento de incredulidad, aunque son realmente pocos. Las actuaciones son otro punto a destacar, en su mayoría son actores conocidos en el cine serbio – actúan en las cintas que mencionaba unos párrafos arriba- y aunque todos cumplen  hay que destacar a Aleksandar Bercek y   Nebojsa Glogovac, personajes que tienen que cargar con los conflictos internos  del pasado y luchar con el inminente futuro, acaban convenciendo con su discurso sincero y emotivo, en iguales condiciones - aunque en un apartado secundario- se desenvuelve  la actriz Jasna Djuricic, directa y convincente. Técnicamente hay que señalar una buena fotografía aunque el  montaje final se lleva todos los créditos, acompañados de planos  en lugares abiertos donde es visible el paso de la guerra. 
Estimulante cuando el pasado y el futuro se unen para plantear una consecuencia de décadas, producida por una pequeñez que acaba por fragmentar el mundo de los personajes. Se siente el odio, el dolor, las vidas fugitivas, los fantasmas del ayer  que rodean un presente lleno de dudas y resentimientos.  Y es así como la frase inicial – que da origen al título de la cinta- que  las cosas buenas muchas veces no crecen, no trascienden, se estancan se vuelven diminutos, casi inexistentes,  muy distinto a la uniformidad de los círculos formados en el agua. 
De la amistad, de las injusticias humanas y del temor, tan pacifica como tormentosa. Cinta provocadora que no los dejará indiferentes. 

Calificación: 7.5/10 

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