The Rambler (Calvin Lee Reeder, 2013)

Hace dos años el joven director Calvin Reeder presentaba su primer largometraje THE OREGONIAN(2011).Una original y desconcertante cinta con rasgos del cine de  David Lynch o  Alejandro Jodorowsky. Con The Rambler el realizador ha definido su camino y la temática de sus producciones, el filme nace de un cortometraje del mismo nombre, proyectado en Sundance 2008.  La cinta fue estrenada mundialmente en la Sección PARK CITY AT MIDNIGHT, del Festival de Sundance 2013, un apartado dedicado al género fantástico, terror y obras que desafían cualquier género. Como en su anterior cinta, todo comienza con un viaje. La historia sigue a un hombre conocido como The Rambler, después de ser liberado de la prisión emprende un viaje en busca de su hermano, pero mientras conduce por carreteras perdidas y pueblos olvidados, se encuentra frente a un extraño misterio.
Calvin Reeder no anda con rodeos, va directo al grano y como describe la sinopsis, las situaciones extrañas comienzan a aparecer inmediatamente. A diferencia de su antecesora, en The Rambler se aventura con una road movie cómica, que mezcla terror y una dosis más alta de gore. No sabría definir el género de la cinta pero tampoco importa, es una mezcla loca de todo, que termina con un viaje divertido y envidiable.
La música forma parte importante de la cinta y comenzamos a aprender que situación sigue después de escuchar cierta melodía, sabemos que algo  va a ocurrir, pero no se vuelve un cliché, la última palabra se ve totalmente opacada por la fuerza de las imágenes y el montaje de la cinta, todo es algo nuevo, cada escena es un aborto de originalidad que le imprime de manera acertada su realizador. La combinación de colores le da un toque a Serie B que seguro tocará el estómago de los que no estén familiarizados con este tipo de cine.
La cantidad de elementos que combina pudiera ser motivo de una saturación en la historia y aunque el director ha sabido conectar todo, me ha gustado más el tratamiento que tuvo The Oregonian.  El director repite con Lindsay Pulsipher, (protagonista de The Oregonian), sumado al actor Dermot Mulroney y  una pequeña intervención de Natasha Lyonne (hace lo que sabe hacer). En la cinta hay una historia de amor, obviamente no se trata de una historia común y corriente. Abundan los espacios abiertos y despoblados. Con los personajes secundarios repite la esencia de The Oregonian y es que parece que Jodorowsky se encargó del casting, gestos extraños, personas mutiladas. Fanáticos de Frankenstein, científicos locos, momias y luces extrañas, en The Rambler reina el caos. Una road movie para mentes retorcidas y con buen gusto. 


Calificación: 7.5/10

Csak a Szél/Just The Wind (Benedek Fliegauf, 2012)

Mi primer encuentro con el cine del director húngaro Benedek Fliegauf, fue con su cinta Womb (2010), presentada en el Festival de Locarno, certamen donde en 2007 se alzó con Leopardo de Oro en la sección Cineastas del Presente, por su cinta Tejut/Milky Way. Un director habitual de los grandes festivales, incluyendo el Festival de cine de Mar del Plata donde ganó del Astor de Plata al Mejor Director y otras tres menciones más, por su cinta Dealer(2004). En 2003, su film Rengeteg, ganó el Premio Wolfgang Staudte de la sección Forum en la Berlinale. El realizador regresó a tierras alemanas para presentar Csak a Szél, doblegando completamente al jurado, quien le otorgó el segundo premio en importancia del palmarés, el Gran Premio del Jurado, adicionalmente se llevó premio Amnistía Internacional. La cinta está basada en acontecimientos reales ocurridos en Hungría entre 2008 y 2009. Un grupo de “cazadores”  que cometieron crímenes racistas en contra de familias gitanas. En los créditos iniciares se advierte que los sospechosos están siendo objeto de un proceso penal y que la cinta como tal, no es un documental. El filme sigue los pasos a  tres miembros de una familia romaní,  una mujer y sus dos hijos. 
El director deja atrás sus ideas de clonación para contar una historia sobre la  xenofobia que sufre la comunidad gitana en su país. Al igual que con su anterior, el realizador recurre a largos silencios que son bien aprovechados por la cámara que se encarga de retratar la cotidiana vida de sus personajes. La estructura sólida del filme se encarga de separar acertadamente el simple vivir de los miembros de una familia sumida en la pobreza y que subsiste con temor. Pero el director no solo los desintegra para contar historias secundarias, los vuelve a unir para formar la crónica que comparten. En el apartado actoral hay que destacar a Katalin Toldique encarna una madre pobre, con deseos de superación a pesar de sentir el odio de los demás, latente  y a  diario. El resto de personajes cumple altamente las expectativas y realizan buenas actuaciones. 
No hay violencia gráfica, pero se puede percibir en el ambiente algo oscuro, igual que las tonalidades que se retratan. Entre caminos abiertos y árboles se comienza a sospechar. A medida avanza en su metraje, la cinta comienza a rozar con el thriller.  Se llega a sentir miedo, como si se tratara de una cinta de terror, apoyada poderosamente de su banda sonora. La cinta tarda casi una hora en preparar el terreno e informarnos de la situación, para luego destrozarnos completamente. Es del tipo de película que  podemos adivinar como acabará, pero eso no impide disfrutarla o mejor dicho, sufrirla. El principal problema que veo en ella, es precisamente lo tedioso que se vuelve el camino y lo difícil que puede ser identificarse  con los personajes. La mirada del director,  en internacionalizar una realidad social del país, es uno de los atributos de la cinta que se convierte una denuncia pública ante la impunidad y  escalofriante al tratar de comprenderla. El realizador retrata un poco de espuma que se desintegra en el agua, tratando de suavizar el relato, pero da miedo. Duro filme que narra con crudeza los vientos de odio que corren en el corazón de Europa. 

Calificación: 7/10